viernes, 1 de abril de 2016

Virginia y el twitter

Dicen que Virginia Woolf pensaba más rápido de lo que escribia. Qué distinto hubiese escrito con una compu. Pobre Virginia

El miedo que me abraza

Tengo miedo de todo: de fracasar, de morirme ignota, de morirme pobre y de vivir más pobre de lo que me morí. Pero el miedo que más me azota, el que camina conmigo día a día, es el de hacerme caca encima. Al gin y al cabo, es el más inmediato

Una defensa del bulling

Si, lo sé, hay una ley anti-bullyng. Pero la ley no siempre está bien. Es más, me atrevo a decir que casi siempre está mal. Como la ley que pena el aborto, por poner un ejemplo. Pero no nos desviemos. Decía, sí, nos enseñaron que hacer bullying está mal, que trauma a los niños y les hace pasar una infancia horrorosa. Pero quizás, si lo miramos desde otra óptica, el bullying bien aplicado puede ser un arma correctiva de las minorías oprimidas. Por ejemplo, supongamos que somos un niño traumado con una infancia infernal y viene un niño adinerado y popular a pasarse de vivo. ¿Qué tan malo puede ser proferir algunas palabritas como “¿Qué es esa ridiculez que te pusiste? ¿Te crees vivo porque tus zapatillas hacen luces? ¿De quién te reís si parecés un minion de la B?”? ¿Cuánto daño puede hacerle a la sociedad? Con suerte pusiste al niño en su lugar. Otra opción es la violencia, pero creo que sobre eso también hay otra ley que la prohíbe…

jueves, 31 de marzo de 2016

Vicky y la existencia



Hagamos un breve repaso por la biografía de Vicky Xipolitakis: diez años atrás ya, en el 2006, Victoria Jesús (por lo santa) Xipolitakis hace sus primeras apariciones en la televisión y en revistas de la índole de H de la mano, o de las cachas, de su por entonces más conocida hermana, Stefy. Su fama comienza con una tapa en la que aducen ser la división fortuita de un mismo embrión sumado a un affair Stefy-Carlitos(Anaconda)Nair. Al poco tiempo se revela lo que todos sospechábamos desde un principio, en realidad Vicky y Stefy solo eran hermanas. El tiempo pasa y a Vicky le entra el gusto por el quirófano y por la cámara. Para el 2014 llega a primera Vedette en el éxito de Brillantísima y para el 2015 ya estaba piloteando aviones en Aerolíneas. Durante todo este período también asistimos a una variedad estrambótica de eventos como el bouling en el Bailando, al programón de Vicky Mouse, Vicky sin peluca y su ira contra Playboy por oscurecerle su conchita rosita como la de un bebé (sic). Todo esto para terminar saliendo con Ottavis, un enano que todos simulamos conocer, pero que honestamente el único mérito que le podemos reconocer es el de salir con nuestra diva. Hasta acá llega la historia, pero tranqui, solo hasta el día de la fecha.
Ahora, detengámonos un momento a analizar nuestras vidas en comparación con la de esta estrella: ¿cuántos de ustedes pueden decir que volaron un avión de aerolíneas, se porrearon con aditivos, con coco, de todo con la Uan and only Moria Casan y su amiga personal Z y fueron primeras vedettes para los 31 años? Bueno, yo no. ¿Y cuántos de nosotros tenemos como perspectiva hacerlo? Esta respuesta es un poco más complicada, no se estresen.
Creo, que esto pone un poco en perspectiva los méritos de nuestra existencia en términos generales. Digo, ayer decía Nicolás Xipolitakis, el hermano, al opinar sobre el litigio que tiene Vicky con la justicia argentina (que no es el mismo que tiene con Disney): “Vicky es lo mejor que te pasó en la vida, es así.”. Y sí, es así. Andá a saber qué otras cosas le habrán pasado en la vida al pobre (¿pobre?) pibe, pero lo que está claro es que, en este mar de existencias rutinarias y perdidas, con un único horizonte en común, la muerte (y no lo digo yo, lo dice la ciencia), la presencia de las curvas plásticas de Vicky en una pantalla, saltando sin rumbo por todo el televisor son un pedido de auxilio. Un pedido que grita desesperado “¡Sálvenme, tengo un título universitario y un trabajo de ocho horas y lo único que puedo desear es ser parte de la cabina de ese avión. No me importa si se choca, no me importa si pierdo la licencia, no me importa nada: a esta altura de la vida y con todas estas curvas en los lugares que no correponden, solo quiero ser vedette!”


jueves, 11 de febrero de 2016

La educación de los otros


Cuando algún ser de las tinieblas se queja de lo mal que está el país o de qué poco país en serio que es la Argentina, siempre termina negando resignado, y se llena la boca con frases del estilo "la educación, todo esto es un problema de educación" o "cultura, eso es lo que le falta a la gente en este país, cultura". Después te justifican el ratoneo in extremis de una paritaria sobre un sueldo de mierda. ¿Qué cultura querés que le enseñe a un pibe si no me alcanza el sueldo para comprarme un libro o ir al cine? ¿Cómo querés educar a la barbarie que tanto agobia tus tierras yermas no europeizadas si tengo que tener 50 hora de clase y 400 alumnos para pagar el alquiler? Ponete de acuerdo, macho.

Todo a raíz de esta bella noticia:
http://www.clarin.com/politica/paritarias-salarios-docentes-Mauricio_Macri-Maria_Eugenia_Vidal_0_1519648036.html

Empiezo

Para ir probando el diseño (tan bello) del blog subo un par de posts que hice originalmente en facebook y (me) gustaron.



De las 5 veces en mi vida que fui a bailar, me encontré con una constante: los tipos para darte un beso te agarraban de la muñeca. Cuando vos les decías que no e intentabas darte media vuelta y seguir viaje, los pibes te apretaban el brazo con fuerza, como diciendo "no te vas a ir hasta que no me des el beso que te estoy pidiendo". 
Así empieza la cultura de la violacion, cuando un gil de 15 años en Q o en donde garompa sea le parece normal forcejear por una tranza con alguien que explícitamente le dice que no. Después en una conversación de bar o de fb hablás de matar travéstis y te preguntan cómo llegaste a eso. Llegué a eso, capo, porque empecé por las acciones cotidianas que justifican una moral que te dice que violar mujeres no está mal (algo habrán hecho), y que al ridículo con tetas y poronga que no quizo chuparmela en el rosedal le kbió la piña que le encajé, y si se defendió que se banque la que le tocó, por puto. A los giles que les hice la mímica de vomitarles encima que me quisieron besar en contra de mi voluntad y salieron corriendo al grito de "qué asco que sos", espero sinceramente que estén arrepentidissimos. Forcejear no es normal, no debería serlo. Tener que hacerte la que vomitás tampoco. La nota habla de la defensa feminista, pero no explicita. Yo agrego: la única defensa que hay es aprender a ponerle una piña al gil que no entiende el no. Y eso no quiere decir salir a matar hombres por la calle, quiere decir poder encajarle la piña si necesitás hacerlo, estar en las mismas condiciones que la persona que te amedrenta. Como dijo un gran amigo, no puede ser que sea el siglo xxi y los hombres sigan teniendo el monopolio de la fuerza.
No es no, no es intento dos veces más a ver si me sale. Quedate tranquilo capo, porque si cambio de opinión te lo voy a hacer saber, y no va a ser por tu insistencia. Si cambio de opinión por tu insistencia, lo más probable es que te este besando en contra de mi voluntad, fijate si eso es lo que querés hacer. Y si eso es lo que querés hacer, bueno...

Una reflexión a raíz de esta nota.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-10368-2016-02-08.html